Juanito y sus amigos se pasaban el día trasteando debajo del entarimado, y por la noche salían sin miramientos y se paseaban por toda la casa. Un estrépito especialmente fuerte se oyó al caerse Sara por las escaleras con la bandeja del té. A pesar del gato, los ratones recogieron migas, azúcar y restos de mermelada.
El cuento de Juanito Ratón de Ciudad (1918)
Timoteo anhelaba volver a su casa, al tranquilo nido en su montículo soleado. En la ciudad, la comida le sentaba mal y el ruído le impedía dormir. En unos días se quedó tan delgado que Juanito se dio cuenta y le preguntó. Escuchó la historia de Timoteo y se interesó por el huerto.
—Parece un lugar bastante aburrido. ¿Qué haces cuando llueve?
—Parece un lugar bastante aburrido. ¿Qué haces cuando llueve?