Se cuenta también que en otra ocasión en que Caperucita Roja llevaba pasteles a la abuela, otro lobo le habló y trató de hacer que se saliera del sendero. Sin embargo, Caperucita Roja se cuidó mucho de ello, siguió derecha por su camino y le contó a su abuela que se había encontrado con el lobo y que le había dado los buenos días, pero con una mirada malvada.
Caperucita Roja (1812)
Butterkuchen
Un buen día su madre le dijo:
—Mira, Caperucita, aquí tienes un trozo de tarta y una botella de vino, llévaselos a la abuela; está enferma y débil, y esto la reanimará. Ponte en camino antes de que empiece a hacer calor, anda con cuidado y no te apartes del camino, no vaya a ser que te caigas, se rompa la botella y la abuela se quede sin nada. Y cuando llegues a su casa, no te olvides de darle los buenos días y no te pongas a hurgar por todos los rincones.
—Lo haré todo muy bien— dijo Caperucita Roja a su madre dándole la mano.Caperucita Roja (1812)
Bizcocho de chocolate glaseado
—Creo que sé de quién es ése —dijo Ron, algo rojo y señalando un paquete deforme—. Mi madre. Le dije que creías que nadie te regalaría nada y… oh, no —gruñó—, te ha hecho un jersey Weasley.
Harry abrió el paquete y encontró un jersey tejido a mano, grueso y color verde esmeralda, y una gran caja de pastel de chocolate casero.
—Cada año nos teje un jersey —dijo Ron, desenvolviendo su paquete— y el mío siempre es rojo oscuro.
—Es muy amable por parte de tu madre —dijo Harry, probando el pastel, que era delicioso.Harry Potter y la piedra filosofal (1997)
Bizcocho de cardamomo
El bienestar de su padre quedó ampliamente asegurado, ya que tanto la señora Bates como la señora Goddard podían venir; y su última grata obligación, antes de salir de casa, fue presentarles sus respetos mientras comían con el señor Woodhouse, y, mientras su padre notaba cariñosamente la belleza de su traje, ofrecer a las dos señoras todas las excusas que pudo, sirviéndoles grandes rebanadas de pastel y sendos vasos llenos de vino, para compensar cualquier involuntaria renuncia que el cuidado del señor Woodhouse por su salud les hubiera obligado a practicar durante la comida. Ella les había preparado una comida abundante: le gustaría saber que se les había permitido comerla.
Emma (1815)
Syltrutor
Juanito y sus amigos se pasaban el día trasteando debajo del entarimado, y por la noche salían sin miramientos y se paseaban por toda la casa. Un estrépito especialmente fuerte se oyó al caerse Sara por las escaleras con la bandeja del té. A pesar del gato, los ratones recogieron migas, azúcar y restos de mermelada.
El cuento de Juanito Ratón de Ciudad (1918)
Bizcocho de chocolate y miel
Abrió su hucha y bajó al supermercado. Compró dos botellas grandes de refresco de lima, un pastel de chocolate y una bolsa de manzanas, que le sirvieron de cena.
Tras cepillarse los dientes, fue al despacho de su padre, encendió el ordenador y escribió una historia.
LA HISTORIA DE CORALINE
HABÍA UNA NIÑA QUE SE LLAMAVA MANZANA. BAILAVA MUCHO. BAILAVA SIN PARAR HASTA QUE SUS PIES SE CONBIRTIERON EN SALCHICHAS. FIN.
Coraline (2002)