Momo entró y, en un primer momento, no fue capaz de orientarse. En el lado de los ventanales había muchas mesas con tableros minúsculos apoyados en unas patas altísimas, de manera que parecían unas setas extrañas. Eran tan altas que un adulto podía comer en ellas de pie. No había sillas por ninguna parte.
Al otro lado había una larga barrera de relucientes pasamanos de metal, una especie de cercado. Detrás se extendían, espaciadas, unas largas vitrinas de cristal en las que había bocadillos de jamón y de queso, salchichas, platos de ensalada, flanes, pasteles y otras muchas cosas que Momo ni siquiera conocía.
Momo (1973)
Bizcocho de chocolate y miel
Abrió su hucha y bajó al supermercado. Compró dos botellas grandes de refresco de lima, un pastel de chocolate y una bolsa de manzanas, que le sirvieron de cena.
Tras cepillarse los dientes, fue al despacho de su padre, encendió el ordenador y escribió una historia.
LA HISTORIA DE CORALINE
HABÍA UNA NIÑA QUE SE LLAMAVA MANZANA. BAILAVA MUCHO. BAILAVA SIN PARAR HASTA QUE SUS PIES SE CONBIRTIERON EN SALCHICHAS. FIN.
Coraline (2002)
Pastel de limón y merengue
Por fin llegó la última noche que había de pasar tía Marge en la casa. Tía Petunia preparó una cena por todo lo alto y tío Vernon descorchó varias botellas de vino. Tomaron la sopa y el salmón sin hacer ninguna referencia a los defectos de Harry; durante el pastel de limón y merengue, tío Vernon aburrió a todos con un largo discurso sobre Grunnings, la empresa de taladros para la que trabajaba; luego tía Petunia preparó café y tío Vernon sacó una botella de brandy.
—¿Puedo tentarte, Marge?
Harry Potter y el prisionero de Azkaban (1999)
Islas flotantes
—[…] Señorita Bates, que Emma le sirva a usted un pedacito de pastel, un pedacito muy pequeño. Los nuestros son todos pasteles de manzana. No tiene que temer aquí esas conservas que no sientan bien. No recomiendo las natillas. Señora Goddard, ¿qué diría de medio vaso de vino? ¿Medio vasito pequeño… echado en un vaso de agua? Creo que no podría sentarle mal.
Emma (1815)