Molly no hizo caso de la réplica de su marido. Extendió una hoja de periódico sobre la mesa, cogió un trozo de queso y comenzó a rallarlo.
—¿Qué preparas? —preguntó Giles.
—Va a ser Welsh rarebit —le informó Molly—. Pan rallado y puré de patatas, y solo una pizca de queso para justificar su nombre.
—Eres una cocinera de altos vuelos —dijo su marido orgulloso.Tres ratones ciegos (1950)
Pan de soda
El panadero se presentó vestido como un explorador ártico y entregó el pan, no sin avisar que el próximo reparto, dentro de dos días, quizá no llegaría.
—Hay carreteras cortadas y atascos por todas partes —anunció—. Espero que tenga reservas suficientes.
—Oh, tenemos la despensa llena de conservas. Sin embargo, creo que sería conveniente que me deje un poco más de harina.Recordó vagamente que había algo que los irlandeses llamaban pan de soda. Si las cosas se ponían muy mal, intentaría hacerlo.
El panadero trajo también los periódicos. Los asuntos internacionales habían pasado a segundo plano. El mal tiempo y el asesinato de Mrs. Lyon ocupaban la primera plana.
Tres ratones ciegos (1950)