El bienestar de su padre quedó ampliamente asegurado, ya que tanto la señora Bates como la señora Goddard podían venir; y su última grata obligación, antes de salir de casa, fue presentarles sus respetos mientras comían con el señor Woodhouse, y, mientras su padre notaba cariñosamente la belleza de su traje, ofrecer a las dos señoras todas las excusas que pudo, sirviéndoles grandes rebanadas de pastel y sendos vasos llenos de vino, para compensar cualquier involuntaria renuncia que el cuidado del señor Woodhouse por su salud les hubiera obligado a practicar durante la comida. Ella les había preparado una comida abundante: le gustaría saber que se les había permitido comerla.
Emma (1815)
Syltrutor
Juanito y sus amigos se pasaban el día trasteando debajo del entarimado, y por la noche salían sin miramientos y se paseaban por toda la casa. Un estrépito especialmente fuerte se oyó al caerse Sara por las escaleras con la bandeja del té. A pesar del gato, los ratones recogieron migas, azúcar y restos de mermelada.
El cuento de Juanito Ratón de Ciudad (1918)
Welsh rarebit
Molly no hizo caso de la réplica de su marido. Extendió una hoja de periódico sobre la mesa, cogió un trozo de queso y comenzó a rallarlo.
—¿Qué preparas? —preguntó Giles.
—Va a ser Welsh rarebit —le informó Molly—. Pan rallado y puré de patatas, y solo una pizca de queso para justificar su nombre.
—Eres una cocinera de altos vuelos —dijo su marido orgulloso.Tres ratones ciegos (1950)
Panecillos
—Bastián, hijo —decía una y otra vez—, muchacho, chaval, ¿dónde has estado? ¿Qué te ha ocurrido?
Sólo cuando estuvieron sentados a la mesa de la cocina y el chico bebía leche caliente y comía panecillos que su padre le untaba cuidadosamente con abundante mantequilla y miel, se dio cuenta Bastián de lo pálido y delgado que era el rostro de su padre. Tenía los ojos enrojecidos y la barbilla sin afeitar. Sin embargo, por lo demás, su aspecto era el mismo que entonces, cuando Bastián se marchó. Bastián se lo dijo.
—¿Entonces? —preguntó su padre extrañado—. ¿Qué quieres decir?
—¿Cuánto tiempo he estado fuera?La historia interminable (1979)
Pan de soda
El panadero se presentó vestido como un explorador ártico y entregó el pan, no sin avisar que el próximo reparto, dentro de dos días, quizá no llegaría.
—Hay carreteras cortadas y atascos por todas partes —anunció—. Espero que tenga reservas suficientes.
—Oh, tenemos la despensa llena de conservas. Sin embargo, creo que sería conveniente que me deje un poco más de harina.Recordó vagamente que había algo que los irlandeses llamaban pan de soda. Si las cosas se ponían muy mal, intentaría hacerlo.
El panadero trajo también los periódicos. Los asuntos internacionales habían pasado a segundo plano. El mal tiempo y el asesinato de Mrs. Lyon ocupaban la primera plana.
Tres ratones ciegos (1950)
Pan de sartén islandés
Volvió, pero después del anochecer, y para entonces las hermanas pequeñas estaban en la cama, dormidas a base de Rice Krispies, patatas fritas de bolsa, bollos de pasas, pan hecho en la sartén y vitaminas de naranja, todo con extra de azúcar. Luego hubo un poco de ¿Quién teme a Virginia Woolf?, que había sido elección suya, no mía.
Milkman (2018)
Flan de huevo
Momo entró y, en un primer momento, no fue capaz de orientarse. En el lado de los ventanales había muchas mesas con tableros minúsculos apoyados en unas patas altísimas, de manera que parecían unas setas extrañas. Eran tan altas que un adulto podía comer en ellas de pie. No había sillas por ninguna parte.
Al otro lado había una larga barrera de relucientes pasamanos de metal, una especie de cercado. Detrás se extendían, espaciadas, unas largas vitrinas de cristal en las que había bocadillos de jamón y de queso, salchichas, platos de ensalada, flanes, pasteles y otras muchas cosas que Momo ni siquiera conocía.
Momo (1973)
Bizcocho de chocolate y miel
Abrió su hucha y bajó al supermercado. Compró dos botellas grandes de refresco de lima, un pastel de chocolate y una bolsa de manzanas, que le sirvieron de cena.
Tras cepillarse los dientes, fue al despacho de su padre, encendió el ordenador y escribió una historia.
LA HISTORIA DE CORALINE
HABÍA UNA NIÑA QUE SE LLAMAVA MANZANA. BAILAVA MUCHO. BAILAVA SIN PARAR HASTA QUE SUS PIES SE CONBIRTIERON EN SALCHICHAS. FIN.
Coraline (2002)
Pastel de limón y merengue
Por fin llegó la última noche que había de pasar tía Marge en la casa. Tía Petunia preparó una cena por todo lo alto y tío Vernon descorchó varias botellas de vino. Tomaron la sopa y el salmón sin hacer ninguna referencia a los defectos de Harry; durante el pastel de limón y merengue, tío Vernon aburrió a todos con un largo discurso sobre Grunnings, la empresa de taladros para la que trabajaba; luego tía Petunia preparó café y tío Vernon sacó una botella de brandy.
—¿Puedo tentarte, Marge?
Harry Potter y el prisionero de Azkaban (1999)
Pan básico
A mí me parecía que todos estaban mucho más al margen de lo que podía estar ese hombre. Es posible que yo lo viera así porque el lechero de verdad y mi madre eran amigos desde la escuela, y eso significaba que acostumbraba a venir a casa para verla y ponerse al día. También la asistía con leche gratis y productos lácteos superenriquecidos, pan y provisiones enlatadas. Nos ayudaba con el bricolaje, nos hacía de fontanero, de pintor, de carpintero y hasta insistió en relevar a las hermanas pequeñas como electricista. Así que, a pesar de su talante misántropo o de su reputación como tal, poseía la característica de preocuparse mucho por los demás.
Milkman (2018)