—Mañana dejarás de ser un polichinela de madera y serás un muchacho de provecho.
Quien no haya visto la alegría de Pinocho al oír aquella noticia tan anhelada, no podrá figurárselo nunca. Todos sus amigos y compañeros de escuela debían ser invitados el día siguiente aun gran almuerzo en casa del Hada, con objeto de celebrar juntos el gran acontecimiento,y el Hada había hecho preparar doscientas tazas de café con leche y cuatrocientos panecillos bien untados de mantequilla por dentro y por fuera. Aquella jornada prometía ser muy hermosa y alegre, pero…
Las aventuras de Pinocho (1883)
—Puedes invitar a tus compañeros al almuerzo de mañana; pero acuérdate de volver a casa antes de que se haga de noche. ¿Has comprendido?
—Prometo volver dentro de una hora —replicó el polichinela.
—¡Ten cuidado, Pinocho! Los chicos prometen pronto, pero la mayoría de las veces no cumplen lo que prometen.