Se cuenta también que en otra ocasión en que Caperucita Roja llevaba pasteles a la abuela, otro lobo le habló y trató de hacer que se saliera del sendero. Sin embargo, Caperucita Roja se cuidó mucho de ello, siguió derecha por su camino y le contó a su abuela que se había encontrado con el lobo y que le había dado los buenos días, pero con una mirada malvada.
Caperucita Roja (1812)
Syltrutor
Juanito y sus amigos se pasaban el día trasteando debajo del entarimado, y por la noche salían sin miramientos y se paseaban por toda la casa. Un estrépito especialmente fuerte se oyó al caerse Sara por las escaleras con la bandeja del té. A pesar del gato, los ratones recogieron migas, azúcar y restos de mermelada.
El cuento de Juanito Ratón de Ciudad (1918)