La historia interminable, Michael Ende, Pan

Panecillos

—Bastián, hijo —decía una y otra vez—, muchacho, chaval, ¿dónde has estado? ¿Qué te ha ocurrido?

Sólo cuando estuvieron sentados a la mesa de la cocina y el chico bebía leche caliente y comía panecillos que su padre le untaba cuidadosamente con abundante mantequilla y miel, se dio cuenta Bastián de lo pálido y delgado que era el rostro de su padre. Tenía los ojos enrojecidos y la barbilla sin afeitar. Sin embargo, por lo demás, su aspecto era el mismo que entonces, cuando Bastián se marchó. Bastián se lo dijo.

—¿Entonces? —preguntó su padre extrañado—. ¿Qué quieres decir?
—¿Cuánto tiempo he estado fuera?

La historia interminable (1979)

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Pan de soda
Agatha Christie, Pan, Tres ratones ciegos

Pan de soda

El panadero se presentó vestido como un explorador ártico y entregó el pan, no sin avisar que el próximo reparto, dentro de dos días, quizá no llegaría.

—Hay carreteras cortadas y atascos por todas partes —anunció—. Espero que tenga reservas suficientes.
—Oh, tenemos la despensa llena de conservas. Sin embargo, creo que sería conveniente que me deje un poco más de harina.

Recordó vagamente que había algo que los irlandeses llamaban pan de soda. Si las cosas se ponían muy mal, intentaría hacerlo.

El panadero trajo también los periódicos. Los asuntos internacionales habían pasado a segundo plano. El mal tiempo y el asesinato de Mrs. Lyon ocupaban la primera plana.

Tres ratones ciegos (1950)

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Pan de sartén islandés
Anna Burns, Milkman, Pan

Pan de sartén islandés

Volvió, pero después del anochecer, y para entonces las hermanas pequeñas estaban en la cama, dormidas a base de Rice Krispies, patatas fritas de bolsa, bollos de pasas, pan hecho en la sartén y vitaminas de naranja, todo con extra de azúcar. Luego hubo un poco de ¿Quién teme a Virginia Woolf?, que había sido elección suya, no mía.

Milkman (2018)

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Pan básico
Anna Burns, Milkman, Pan

Pan básico

A mí me parecía que todos estaban mucho más al margen de lo que podía estar ese hombre. Es posible que yo lo viera así porque el lechero de verdad y mi madre eran amigos desde la escuela, y eso significaba que acostumbraba a venir a casa para verla y ponerse al día. También la asistía con leche gratis y productos lácteos superenriquecidos, pan y provisiones enlatadas. Nos ayudaba con el bricolaje, nos hacía de fontanero, de pintor, de carpintero y hasta insistió en relevar a las hermanas pequeñas como electricista. Así que, a pesar de su talante misántropo o de su reputación como tal, poseía la característica de preocuparse mucho por los demás.

Milkman (2018)

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