Tarta de manzana
La historia interminable, Michael Ende, Tartas

Tarta de manzana

Bastián se sentía muy debilitado por el hambre.

El cielo sabe por qué, precisamente entonces, de forma muy poco oportuna, recordó la tarta de manzana de la señorita Anna. La mejor tarta de manzana del mundo.

La señorita Anna venía tres veces por semana, escribía a máquina para su padre y ponía orden en la casa. La mayoría de las veces cocinaba o hacía algún pastel. Era una persona robusta, que hablaba y se reía despreocupadamente. El padre de Bastián era cortés con ella pero, por lo demás, apenas parecía darse cuenta de su presencia. Muy rara vez conseguía la señorita Anna que en el rostro preocupado de él apareciese fugazmente una sonrisa. Cuando eso ocurría, la casa se volvía un poco más luminosa.

La historia interminable (1979)

Tarta de manzana

La señorita Anna tenía una hijita, aunque no estaba casada. La niña se llamaba Christa, tenía tres años menos que Bastián y un pelo rubio precioso. Antes, la señorita Anna había traído casi siempre con ella a su hijita. Christa era muy tímida. Cuando Bastián le contaba cuentos durante horas, se quedaba muy quieta y lo escuchaba con ojos muy abiertos. Admiraba a Bastián y a él ella le caía muy bien.

Tarta de manzana

Sin embargo, hacía un año la señorita Anna había llevado a su hijita a un hogar escolar en el campo. Y ahora no se veían casi nunca.

Bastián se lo había tomado bastante a mal a la señorita Anna, y todas las explicaciones de ella de por qué era mejor así para Christa no lo habían convencido.

Con todo, nunca podía resistirse a su tarta de manzana.